
¿Alguna vez te ha pasado algo parecido?…Tu día va de maravilla, no tuviste problemas para llegar al trabajo, logras disminuir considerablemente tu lista de pendientes, el clima te gusta y se te ocurre ir por una taza de café, ahí te encuentras con un grupito de compañeros de trabajo que desbordan en quejas contra el jefe o algún compañero, haces algún comentario para cambiar el tema, pero nadie te hace caso porque están muy enganchados hablando mal de otro, te sientes como un pésimo líder, así que decides irte.
Conforme te retiras te das cuenta que ya no te sientes tan bien como hace un momento, de repente empiezas a ver muchas cosas malas a tu alrededor, hasta el punto de cambiar por completo tu percepción respecto al trabajo, ahora todo va mal…¿qué pasó?
El contagio ha iniciado
Lo que ocurre es que estamos diseñados de tal manera que cuando nuestra mente percibe algún tipo de hostilidad, experimentamos una reacción fisiológica que busca mantenernos a salvo, a esta reacción se le denomina comúnmente respuesta de lucha o huida, gracias a esta respuesta estamos diseñados para reaccionar ante cualquier peligro, sin embargo, nuestra mente no distingue que estamos en la oficina y no en la jungla, por eso cuando percibimos algo negativo, buscamos el refugio de manera instintiva y nuestro sentido de bienestar se desvanece.
Así, las actitudes, comentarios o acontecimientos negativos generan reacciones que provocan malestar y pueden manifestarse con más negatividad o incluso agresividad, alimentando un círculo vicioso que puede llegar a infectar el ambiente de trabajo de manera inconsciente. Por decirlo de otra manera, las emociones se contagian.
Además, nuestra mente tiende a enfocarse más en los acontecimientos negativos que en los positivos, aunque hayas recibido 5 felicitaciones, si una persona habló mal de ti, esto hace que disminuya tu enfoque o rango de atención y se centre sólo en lo negativo.
Ser un buen líder requiere más que buenas intenciones
Muchas veces ocurre que un líder o los líderes se centran en resolver los problemas sin poner especial atención a la forma en que los abordan, de tal manera que crean un estado de tensión negativa entre los miembros del equipo que los lleva a cerrarse emocional y cognitivamente. De esta manera se genera un efecto totalmente contrario al buscado por el líder, mermando la innovación, la iniciativa y la productividad.
El estrés laboral no sólo afecta el clima organizacional, sino que impacta directa y negativamente en la productividad. La American Psychological Association estima que más de 500,000 millones de dólares se pierden en la economía estadounidense debido al estrés laboral. Sin mencionar los diferentes problemas de salud que causa, ¡desde problemas cardíacos hasta la muerte!
¿Se puede solucionar?
Richard Boyatzis sugiere que para poder mantener una vida balanceada y ser productivos necesitamos sobre enfatizar las emociones positivas, mencionando que para que los equipos de trabajo prosperen es necesario mantener una relación de 3:1, 3 reforzamientos positivos por cada comentario negativo.
Joan Cheverie, Directora de Desarrollo Profesional en EDUCASE, en uno de sus artículosmenciona 4 tips para que los líderes puedan intervenir e impactar de manera positiva en el ambiente laboral:
1. Fomenta las conexiones sociales
Las conexiones sociales positivas en el trabajo producen resultados altamente deseables. Por ejemplo, las personas se enferman con menos frecuencia, se recuperan dos veces más rápido, experimentan menos depresión, aprenden más rápido y recuerdan más tiempo, tienen mayor tolerancia al malestar, muestran más agudeza mental y mejor desempeño en el trabajo. Los lugares de trabajo tóxicos y llenos de estrés afectan negativamente las relaciones sociales e incluso la esperanza de vida. Un jefe que:
- Camina alrededor de la oficina cada mañana diciendo buenos días
- Charlando durante unos minutos con ellos
- Sacrifica tiempo de su apretada agenda
Fomenta un ambiente tranquilo donde el personal no se estresa por ver al jefe y crea lazos de confianza.
2. Muestra empatía
Como líder, tienes un gran impacto en cómo se siente tu equipo. Un estudio de imágenes cerebrales encontró que cuando los empleados recordaban a un jefe que había sido desagradable o no empático.
Mostraban una mayor activación en áreas del cerebro asociadas con la evasión y emociones negativas, mientras que lo contrario ocurría cuando recordaban a un jefe empático.
3. Sal de la rutina y ve a ayudar
¿Alguna vez has tenido un jefe que se tomó tiempo extra para ayudarte cuando no tenía que hacerlo? Lo más probable es que hayas permanecido leal a esa persona. Cuando no sólo eres justo, sino abnegado, los colaboradores se sienten más inspirados para ser leales y comprometidos, además de ser más productivos. De esta manera, es más probable también que ellos salgan de su rutina para ser útiles a otros miembros del equipo, lo que crea un ciclo positivo de auto-reforzamiento.
4. Anima a la gente a hablar contigo
Cuando el personal se siente más seguro que temeroso y cuando los líderes son inclusivos, muestran humildad y alientan a su personal. El ambiente laboral mejora y conduce a mejores resultados de aprendizaje y desempeño.
En lugar de crear una cultura que tema las consecuencias negativas:
Busca que tus colaboradores se sientan seguros en el lugar de trabajo, esto ayudará a fomentar la experimentación, que es fundamental para la innovación.
Otro estudio ha demostrado que el empoderamiento, cuando se combina con una buena formación y trabajo en equipo, conduce a resultados de rendimiento superior.
Infografía
Si te gustó esta información ayúdanos a difundirla en las redes sociales
Fuente: Joan Cheverie, Be the Leader Who Creates a Positive Workplace, 17 de abril de 2017.
Estoy totalmente de acuerdo con estas afirmaciones, lo he puesto en práctica y me ha resultado, en excelente ambiente laboral y mejoras e innovación en la empresa